miércoles, 21 de octubre de 2009

Santo Domingo Nagua

Fotos: http://picasaweb.google.com/reader78/5InsaciablesConquistanNagua?feat=directlink http://picasaweb.google.com/reader78/StoDgoNaguaCamaraDeFrancis?feat=directlink E l Maestro Alcántara declinó a último minuto, así que Julio, Manada, Reader, Odalís y Espinal nos dispusimos a enaltecer los valores del grupo. Como encargado de la unidad de apoyo, nos acompañó el siempre cooperador Rikarena (a) Raymond García Torres. Siendo las 6:00 de la mañana iniciamos frente al Megacentro lo que se convertiría en el más desafiante recorrido patrocinado por los Insaciables: Nagua por la Autopista del Nordeste. Salimos a la carretera a la altura de la comunidad de San Luís, el ritmo de pedaleo era bueno, por encima de lo estimado podríamos decir. La temprana hora de inicio nos daba la ventaja de evitar el sol mañanero. A las 9:30 am habíamos llegado al cruce de Yamasá, donde hicimos nuestra primera – y por poco única – parada. Allí Manada descubrió que las gomas finas no le estaban dando resultados: la bicicleta estaba frenada. Luego quitarle el disco de freno a la goma trasera, reiniciamos el pedaleo más extenuante de recorrido alguno. Desde esa primera parada hasta cerca del fin de la Autopista (¡Más de 80 kilómetros!) no volvimos a tomar otro descanso. Los Insaciables Reader y Odalís obligaron al grupo a no detenerse, tomando una delantera que jamás perdieron, sacándole a Espinal, su más cercano perseguidor, unos 10 km de ventaja. Antes de llegar al último peaje, Espinal empezó a sentir los rigores del pedaleo extremo y los músculos empezaron a resentirse y amenazar con acalambrarse, lo que finalmente sucedió en los peores 20 km: los que van desde el peaje hasta el final de la carretera. Allí el grupo se adelantó, quedando Espinal rezagado, debiendo caminar con la bici en la mano, para evitar una contracción peor en los músculos posteriores de la pierna izquierda. Así llegamos hasta el Parador que está a unos 12 km de la salida hacia Samaná. Allí hicimos nuestra segunda parada para comprar hielo y darle un respiro a las piernas que ya se resentían. Para cuando arribamos al final de la Autopista, teníamos la esperanza vaga de que desde allí sólo faltaran 3 km para llegar a la ciudad de Nagua, cuando Julio nos confirmó que no eran 3, ¡sino 17 km hasta la ciudad!, ¡Oh, mi Dios! En ese tramo tuvimos que hacer dos paradas adicionales para evitar el derrumbamiento físico de Espinal, Julio y Manada, cuyas extremidades se resentían en diferentes zonas: pantorrilla derecha de Manada, rodilla izquierda de Julio y muslo izquierdo de Espinal. ¿Reader y Odalís? ¡Bien, gracias! Llegamos al Parque Central de Nagua aproximadamente a las 2:00 de la tarde, 121.4 km desde el Megacentro de la Mella con San Vicente. Luego, playa, pescados, cervecitas, locos, drogadictos, pedigüeños, haitianos, amantes furtivos, bellas exponentes del cuerpo latino, perros realengos playeros, enchivamiento, ¡una vez más!, de la guagua de Manada y el regreso. Placentero, sin sobresalto, arribamos a las casa aproximadamente a las 8 de la noche, extenuados pero con la satisfacción del deber cumplido: Conquistar a Nagua. Por: Victor Espinal.

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