viernes, 13 de noviembre de 2009

Higuero con Guido

Convocamos por la vía telefónica el sábado 7 por la noche: Conversamos con Francis, Tangui, Franklin, Alcantara y Víctor. Tres presentaron sus excusas y dos (Alcantara y Franklin) prometieron ir, pero al final no se presentaron. A las 7:30 a.m. Odalis inició el pedaleo desde su casa, hasta la Casa de los Insaciables Reader y Olaizola, 8:00 a.m. desde la Plaza de la Salud hasta Propagas nos fuimos.... ellos en sus respectivas bicis y un servidor en la Matrix hasta Propagas. 8:30 a.m, allí esperamos a los holgazanes y fallidos insaciables que nunca se presentaron. A las 8:50 a.m aparece el famoso maestro y chef del arte culinario, el Sr. Guido Paella, con un contingente de 14 MTBbikers entre pros y novatos y cuando nos ve se asombra y exclama: Miiiiireeeeeeeeen tres (3) Insaciables!!!!! creo que con esa frase se los digo todo....... Nos adherimos al grupo de Guido, salimos de Propagas a las 9:00 a.m. toda la avenida del Aeropuerto Joaquín Balaguer hasta la entrada derecha rumbo a las Acacias, al iniciar la subida muchos rockies dejaron sus caros en el colmado El Primazo, una ligera parada para comprar agua y Gatorade y continuamos rumbo a lo toboganes de caliche, la curva, el puente sobre el río, 2da parada, para reagrupar. Seguimos subiendo y hacemos una derecha por un trillo rumbo al tanque de agua azul que ahora es naranja..... ¡cuánto lodo y charcos de agua! sorteamos estos junto a un grupo de four wheels y motores de enduro. Llegamos al río, a cruzar con la bici al hombro, y esquivando un grupo de vacas que eran dueñas del paso, continuamos de allí hasta la 3ra parada en el colmado cervecero y terraza típica bailable. Reagrupamos el team y seguimos, Guido atrás cuidando a los retrasados... me incluyo entre estos. Llegamos a la curva en S, una ligera subidita y después la bajada, Guido reagrupa en este punto y les dice que no se lleven del gusto y que al llegar al tanque se paren, porque entremos por ese trillo rumbo a la bajada del arroyo. Llegamos al tanque con dos pinches de dos ciclistas novatos y sin tubos. Iniciamos el trillo en bajada rumbo a la bajada traicionera del arroyo, aquí Guido reagrupa a la tropa y les dice que deben bajar con cuidado, pues si la goma delantera les cae en el surco, serán víctimas del famoso caballito..... todos inician el descenso, Reader baja delante y se ubica al final para tomar fotos de las pericias del Down Hill con el terreno mojado y enlodado.... Detrás vamos Guido y Olaizola, le grito a Carlos (un novato que va muy rápido): “Baja la velocidad, más despacio”… le toco el silbato… pero, muy tarde, al compás del pitido va el novato Carlos como un espectáculo de Jack veneno… Hombres por los aires. Aterriza Carlos con la cara y se parte el tabique nasal, además de otros golpes y rasguños en brazos y piernas.... suerte que la bici cayo tres metros debajo de él. Nos detenemos a auxiliarlo, revisamos su estado en busca de fracturas, logra ponerse en pie y con una curita le detenemos la hemorragia de la nariz. Continuamos la bajada, el insiste en montarse, pero va nervioso y fuera de control, al llegar al arroyo se desliza con el lodo y sufre otra caída frente a todo el grupo que lo esperaba, allí lo auxiliamos nueva vez y esperamos a que se recuperase. Iniciamos el ascenso a pie por el trillo resbaloso y enlodado. Salimos del trillo a la carretera principal, pasamos el cuartel de la Policía de Higüero y noto que los experimentados aceleran el paso para abalanzarse al colmado que esta en la esquina izquierda… imaginen la cara del colmadero con 18 ciclistas pidiendo, agua, maltas, Gatorade y masitas. Sí, leyeron bien: masitas, tanto que atacan a los Insaciables y le mostramos el poder calórico y sus cualidades de mitigar el hambre cuando la harina se infla en el estomago en contacto con el líquido. Aquí Guido le explica al grupo que vamos a subir a la casa del extinto General Nivar Seijas. Seguimos con nuevo ánimo gracias a las masitas ingeridas, llegamos al puente sobre el Río Higüero y entramos por un trillo frente a éste e iniciamos el ascenso. Todo el mundo cambio a plato del medio. Llegamos a una curva y cambiamos a platico... sube....sube...sube... sube... a Odalis se le frena la goma delantera y tiene que desmontarse, fueron muchos los novatos que se explotaron a Carlos, el del accidente, le da otra sirimba con los puyones del ácido láctico haciendo efecto sobre sus músculos (sólo tenía 2 semanas montando en el Mirador Sur y está en sobrepeso). Aquí le brindo un B-Tres Dolo (Doloneurobión con Vitaminas B1, B6 y B12), espero que se recupere y le doy ánimo para que suba. El esfuerzo valió la pena… ¡Que vista de la ciudad de Santo Domingo! Estamos como a 250 metros sobre el nivel del mar. La casa del extinto General Nivar Seijas era un símil de la Casa de Caoba con ínfulas del generalísimo Trujillo, en cemento, buena distribución, pero hoy es sólo monte y culebra. Hasta los pisos le robaron, hoy es un estercolero de vacas y las paredes llenas de nidos gigantes de avispas dignas de la canción de Juan Luís Guerra. Lo único valioso es la vista de la ciudad desde el balcón de la segunda planta. Nos reagrupamos en la marquesina de la casa y aprovechamos para tapar un pinche. Allí aprovechamos para descansar y surgen las anécdotas de los accidentes y la importancia del casco protector para el ciclista. Iniciamos el descenso, me fui delante y disfruté el Down Hill, el segundo fue Reader, quien aprovechó para tomar fotos al final del descenso. Un dato curioso es que por poco ocurre un accidente entre un caballo que se atravesó y un ciclista que venía bajando bien rápido… gracias a Dios sólo fue el susto. De aquí iniciamos el retorno al puente sobre el río, y todo el camino de vuelta hacia el antiguo y efímero Parque MTB Las Acacias, de allí tomamos el asfalto hasta el colmado el primazo y por ultimo a Propagas. Al retorno nos bendijo un fuerte aguacero y serví de escolta en el carro a los compañeros Reader y Odalis quienes retornaron a la casa en bicicleta. Para Odalis fueron 60 Kilómetros, para Reader 50 kilómetros y para Olaizola 28 kilómetros.
Por Jose Enrique Olaizola

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